Pensar en todos los diferentes tipos de transportes que recorren la ciudad de México llevando diariamente de un lado a otro a personas por una módica, o no tanto, suma de dinero, me ha llevado a enumerarlos no de la manera oficial y ortodoxa, si no de la manera coloquial en la que chilangos y anexos preferimos nombrarlos a partir de la experiencia y de sentir ciudadano lastimado y herido por este tipo de medios que utilizamos para movernos. El orden no es alfabético, como tampoco por importancia, es tan aleatorio como la frecuencia en la logística de la gran mayoría de ellos.
Pesera: Extinto
transporte público en el que usuario pagaba un peso por transportarse de un
lugar a otro. Hoy utilizado por aquellos que vivieron los idílicos tiempos en
que se amarraban a los perros con longaniza.
Pecera: Actual
transporte público fabricado hace por lo menos tres décadas, lleno de vidrios
para que los automovilistas que van en las cercanías a estos vehículos puedan
observar con claridad el sufrimiento de los usuarios retacados al interior del
vehículo y ocasionalmente un asalto o a un flasher
o ambas cosas.
Pecerdo: Dícese de
todo aquel que conduce unidades de transporte público concesionado y que tiene
como hábito de vida el transportar pasajeros como si fueran recuas, sin
respetar señales de tráfico, carriles asignados o los oídos de los usuarios.
Pecerda: Por extensión
el vehículo que conducen estos neandertales o imbéciles profundos a los que por
alguna misteriosa e inexplicable razón las autoridades de la Ciudad de México y
el Estado de México les han dado licencias para conducir. Por lo general es
también una desgracia en la limpieza interior del vehículo.
Ruletero: Arcaísmo
que se utilizaba para designar a los taxis y que pudiera ser utilizado aún en
nuestros días, pues subirse a un taxi en ciertas zonas es jugarse la vida en
una especie de ruleta rusa donde uno puede ser asaltado, violado, asesinado o
simplemente contraer algún tipo de infección cutánea mortal debido al pésimo estado
higiénico que tienen casi todas las unidades.
Chimuerto:
Antiquísimo camión o pecera cuya circulación ha sido prohibida por las
autoridades de la Ciudad de México y aprobada por las del Estado de México,
donde la muerte se manifiesta en diferentes formas: tétanos causado por los
oxidados fierros que conforman tubos y asientos y en muchos lugares son
considerados armas blanca, también materializada en el conductor de la unidad
que por lo general es un ser de ultratumba cuya misión es llevarse a la almas
de este a otros mundos no necesariamente mejores, o por los asaltantes y
violadores coludidos con choferes y autoridades para robar a diestra y
siniestra a pasajeros.
Taximiento:
Aparato utilizado por los taxis aprobado y calibrado por las autoridades para
cobrar a los usuarios, funciona y marca tarifas diferente según el taxi, el
taxista y el pasajero.
Taxi de sitio: Automóvil
cuyo taximiento funciona con la misma
arbitrariedad que el taxi de la calle, pero que está autorizado a cobrar mucho
más por el mismo servicio, únicamente por el hecho de hacer fila para estafar
al pasaje.
Cajita Feliz:
Llamase a los últimos vagones del metro a ciertas horas y en ciertas líneas donde
diferentes grupos de la sociedad se dan cita para tocarse y tener algún tipo de
encuentros sexuales.
Cocodrilos, Delfines y
Ballenas: Antiguos transportes públicos que hacían referencia a la riqueza
de fauna que los chilangos esperaban exterminar en todo el territorio nacional
y anticipaban la llegada de Cyborgs, Replicantes y Monster Trucks al mundo.
La limusina anaranjada:
Enorme vehículo de color naranja que corre sobre rieles y bajo tierra en la
mayoría de las estaciones y se conoce también como Metro.
Hasta
aquí por el momento.Armando Enriquez Vázquez
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